IV domingo de cuaresma

Sabe el Señor de nuestra incapacidad para ser verdaderos en nuestra actuación, son muchas las intenciones de nuestro corazón, pero el sabernos salvados por amor nos empuja a vivir en la luz y a sabernos creados para una misión: las buenas obras que Dios dispuso para mí, para que yo las lleve a cabo.