Domingo 4 de febrero de 2024

 


El evangelio de este domingo nos puede dar tres pistas para nuestra oración-meditación:

1ª. Se acercan a Jesús, los enfermos, los pobres, ¿Por qué nos acercamos nosotros a Jesús?, ¿nos sentimos pobres, enfermos, necesitados…?, ¿de qué nos tiene que curar Jesús? Todos somos necesitados, necesitamos ser curados de nuestra ceguera, de nuestras parálisis, somos necesitados, aunque a veces nos sentimos autosuficientes.

2ª De dónde le viene a Jesús esa autoridad, esa fuerza para curar, para sanar: del Padre, de su relación con el Padre, “se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar”, que importante es el encuentro personal con el Dios de la vida, un encuentro cercano. ¿Cómo es mi relación con el Señor?, ¿le dedico tiempo a solas?

3ª Y saberse curado, sanado y vivir esa relación con Jesús, ¿A dónde me puede llevar?: “recorrió toda Galilea, predicando”. Es el anuncio de la Buena Noticia de un Dios que es Amor. Al cual le importamos, Él está con nosotros todos los días de nuestra vida, aunque a veces nos cueste verlo, ¿Cuáles el Dios que yo anuncio con mi vida, un Dios lejano, cercano, un Dios al cual le importo…?

Déjate sanar, ora y anuncia.

Paz y bien.