Día de la Vida Consagrada


Escrito por sor Verónica Padrón Oviedo, o.s.c.


Damos gracias a Dios que en su inmenso amor nos ha querido consagrar por el bautismo, haciéndonos hijos suyos y hermanos de todos los hombres y mujeres de hoy.

No es nuestra la elección, mucho menos fruto de nuestro puño, no somos nosotros los que nos consagramos, si aí fuera todo fuera transitorio, pasajero, terminaría pronto. Es el Padre de las misericordias, que en su derroche de amor, nos llena de su Espiritu consagrandonos para El y en servicio de la humanidad, que espera la venida de nuestro Salvador Jesucristo.

A algunos nos dá una vocación específica, atravez de la cual quiere que hagamos presente y actual su Amor por cada unos de los hombres y mujeres de este mundo. Por eso cada mañana, antes de que salga el sol, empieza a llevarse acabo la consagración de Dios en las personas elegidas por El para “ESTAR CON EL”. Ellas le abren el corazón en la intimidad del silencio, en la quietud de la mañana, para que él escuche sus látidos.

Este corazón al ser pertenencia del Señor, no se encoge, no se cierra, al contrario, se ensancha, haciendose capacidad, espacio, casa, acogida, abrigo… para todos los hombres, sus probemas, inquietudes, necesidades e ilusiones.

El corazón de una hermana pobre de Santa Clara que en este año celebra 800 años de Camino, de ir viviendo, con nuestras pobrezas, el Evangelio, bajo la mirada del Padre de las misericordias, agradece la consagración de Clara y de Francisco, que de ellos hizo el Espiritu del Señor y su Santa operación. Ellos nos indicarón el camino y nos abrieron la puerta, ahora nos toca a nosotros, vivir y responder con renovado empeño el camino empezado; viviendo estos 800 años para que otras hermanas puedadn vivir y celebrar 900 años.

La Vida Consagrada es el pensamiento y el deseo de Dios en y por el mundo; es el látido de su corazón por amor a la humanidad, por lo cual él se hizo uno de nosotros.

Somos peregrinos de la fe, interpelados y confrontados cada día por la Palabra de Dios, que nos invita a estar en movimiento, sin acomodarnos sin estancarnos, por que el agua que no corre y se estanca se pudre.
Somos el grito de : ¡DIOS EXISTE! Aunque para ello el Señor haya escogido vasijas de barro, que portan este tesoro, pero es para que quede de manifiesto que todo procede de El y que a El volerá.


través de los consejos Evangélicos, cada día intentamos configurarnos con Cristo, tarea y don de toda la vida. Cundo pasan los años te das cuenta de que es ahora cuando descubro, que por mi misma no hubiera podido hacer una profesión, ya que esta me superaba en todos los aspectos, pero también descubro con asombro y gratitud, que el Espiritu del Señor y su santa operación son los que enrealidad lo hicieron en mi.

                                                                                                              

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