Domingo XXVI

      El Evangelio de este domingo nos habla de nuestra identidad más verdadera y auténtica: ser hijos. La Roca y la Esperanza de nuestra vida está fundamentada en tener a Dios como Padre.

     El hijo hace la voluntad del Padre, y cada día aprende esta voluntad mirando a nuestro hermano mayor, Jesus, el Hijo de Dios y nos enseña a tener sus mismos sentimientos en los acontecimientos que la vida nos presenta.
 
    Mi esperanza es que Dios es mi Padre, yo soy su hija porque Jesús me lo ha revelado, esa es mi verdad: soy hija de Dios, y una hija de Dios, un hijo de Dios tiene una esperanza a la medida del Corazón y del Amor de Dios Padre.
 
    El me pide hoy que aunque en muchos momentos me resista a hacer lo que Él quiere, caiga en la cuenta que con todo lo mejor es hacer su voluntad porque mi identidad como hija no puede vivir en autenticidad y en plenitud sino vive como hija.