LA ESPERANZA QUE NACE DE LA CRUZ

“En tiempos de Pandemia”

Los cristianos creemos en Jesús, el Hijo de Dios, Crucificado, Muerto y Resucitado por nosotros. En esto se fundamenta nuestra fe.

Ahora vivimos un tiempo en el que la fe en Jesús, es la fe propia del seguimiento del discípulo que está subiendo a Jerusalén con él para sufrir la Pasión. Es una fe  en unos momentos que no podemos controlar, porque las cosas no se realizan según nuestros deseos por mucho que lo intentemos.

El cristiano puede hacer una relectura de este acontecimiento: su fe está fundamentada en Jesús crucificado pero abandonado en brazos de Dios Padre, Bueno, Compasivo y Misericordioso. Dios de Vivos y no de muertos. Por eso un cristiano confía y espera a pesar de  todo y siempre.

Ahora nuestra hermandad es la de los hijos de Dios que se sienten pequeños y necesitados, pero que tienen un Dios, que es Padre, que es el Creador de toda la hermosura de la Creación, que camina con su pueblo desde siempre y lo cuida y que es capaz de dar vida después de la muerte.

Un cristiano vive siempre esperando lo Mejor.

Por eso a la Esperanza de un cristiano le crecen alas como de águila, la esperanza en Dios los ayuda a seguir viviendo con alegría, con empuje, con tesón, y con una misión: comunicar a sus hermanos que son todos los hombres y mujeres de este mundo que no podemos vivir desalentados, desanimados porque creemos  en la vida y en la fuerza que hay en cada ser humano para seguir adelante, cuyo origen viene de Dios que es Padre y que nos ama hasta lo infinito…