Domingo XXXII

HAY COSAS QUE NO PUEDEN IMPROVISARSE A ÚLTIMA HORA

Hoy el evangelio nos habla de esperanza, aunque nosotros nos dedicamos a entender la vida con nuestros intereses como las vírgenes necias de la parábola, no somos conscientes del regalo que es la fe, porque la fe nos dice, que el Amor de Dios llega a nosotros, que Él se hace presente y que sale a nuestro encuentro, pero nosotros vamos a lo nuestro y no nos damos cuenta de lo importante.

Sin embargo las vírgenes sensatas, esperan, porque así es el corazón, el corazón cuando siente la ausencia, espera, y a través de esa esperanza sigue amando.

Hay que estar dispuestos, hay que estar disponibles, porque si no ¡no nos enteramos!

Disponerse significa que a Él le damos paso, que Él es lo mejor de nuestra vida.

No podemos improvisar a última hora, tenemos que estar alerta en el día a día, en las cosas pequeñas, en los pequeños gestos y seguir amando, creyendo y esperando.